mujer de estela y rímel corrido

Sentadita en el mas oscuro rincón de la bodega, observas las sombras de cada uno de los objetos que habitan los estantes, las cajas olvidadas, los botes sin etiquetar de dudoso contenido, algún objeto amorfo y polvoriento. Y te escudriñas anclándote a los recuerdos buscando consuelo, que sin quererlo termina siendo el peor tizón en el alma.  Cierra los ojos que vienen las tétricas Valkirias con su dote de preguntas, donde han quedado las canciones dedicadas, donde los poemas, las secuaces miradas, donde sino en otro querer, en otro interés. Las lagrimas limpian el polvo de tus mejillas dejando una éstela y rimel corrido, mientras supones todo lo que haz hecho mal, maldiciendo tus amplias y celuliticas caderas,tu abultado vientre, tus estrías, tu verte mayor. Culpándote de no ser capaz, estas tensada pendiente de un hilo de la misericordia de su atención, temerosa, insegura siempre de su irreverencia, de su desapruebo, de su compasión, esperando ser su victoria, sin siquiera esto ser contemplado jamás. Tócate adentro mujer e indaga que es lo que pasa, descubre y explota la belleza humana que pudieses por un pelo tener, date cuenta que no es solo él, date cuenta que quien te tiene abandonada, polvorienta y espantada eres también tu.

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