Balance anímico del día.
Semanas de cartas nocturnas por
correo, caminatas de madrugada, llamadas telefónicas, aclaraciones, desencuentros, invitaciones, caricias,
que salen de lo más profundo de mi humanidad con lo mejor que puedo para
entregarlo como una flor con mensaje a destinatarios específicos, que van desde mi marco de referencia hasta la esperanza, amistad y el deseo, pero estas
flores se marchitan apenas son cortadas. En estos últimos días ha caído la retahíla de
silencios, alejamientos, abandonos, indiferencia que llegan como cascada de
un lado y de otro, todos con la misma justificación. Esta noche aquí sentada en la oscuridad y el
silencio me cuestiono.
De qué sirve tanto amor cuando el
amor no se ve, de qué sirve el tejido cuando se desbarata tan a la ligera, de qué
sirven la ternura y el cuidado cuando no se siente y las caricias no se leen, de qué sirve "el
respaldo" cuando nunca llega, de que sirven los “te quiero” cuando no se quiere
querer, de que sirven los “yo te busco” cuando se deja esperando. De qué sirve
el polvo de oro cuando se arroja como ceniza al basurero, cuando se arroja el
corazón como papel arrugado al suelo con la mano en la cintura, de que sirven
tantos cuentos.
Veo afuera de mi pequeño mundo y
me quedo sin palabras, entre el enojo y el desconcierto, entre la tristeza de
ver que pareciera que no hay nadie allá afuera que quiera vivir realmente, que quiera comprometerse, exigirse, que
nadie cree en lo que como humanos podemos darnos unos a otros, muchas palabras
huecas, muchas, las mismas siempre, muchas frases, muchas quejas, muchas críticas, muchos porqués no, pero de
fondo no hay más que cuentos para dormirse, esos son los hechos.
La cosa está en que no me conformo
con eso, yo no quiero dormir, no me quiero perder ni un segundo de esto que se
llama vida y de dar lo que tengo que dar hoy, así que decido, y tomo mi corazón
para estirarlo de nuevo, sin importar de que al dejarlo vivir regrese como los niños cuando aprenden a andar en bicicleta con raspones y magullados, la ilusión, la esperanza y vencer el obstáculo aportan mas que el dolor, vivifican y erotizan a mas largo alcance. Habré de ir con tiento pero sin miedo de saber que amar es mejor que guardarse, y aun con las manos entintadas de rojo darle vuelta a la
hoja.
Comentarios
CADA QUIEN EN SU CADA CUAL
NADIE PUDE DAR LO QUE NO TIENE, MAS NADIE TAMPOCO DEBE
AGUARDARLOS NINGUN TIEMPO ESPERANDO LO QUE NUNCA DARÁN
EL TREN SIGUE SU MARCHA
Y NO HAY ESTACION EN LA TIERRA DEL OLVIDO
EN LOS PARAMOS DE LA INDOLENCIA
NO SE PARA EL TREN
NO DESEES QUEDAR AHI
PUES SE TE PUEDE CUMPLIR
COMO SUBIRAS DE NUEVO
QUE BOLETO COMPRARAS PARA ALISTARTE EN EL TREN DEL SI VIVIR
NO HAY QUE PREOCUPARSE POR LOS MUERTOS
YA ESTAN MUERTOS
HABREMOS DE VELAR POR LOS QUE QUIEREN VIVIR