azul y oro


Miro constantemente al cielo, he encontrado un fascinante gusto por ver el techo que nos cubre. Lo hago no solo para entender el tiempo, sino porque es hermosísimo. Hoy, por ejemplo había sido un día magnífico, la mañana estuvo gris y lluviosa, más no triste, no siempre la lluvia viene acompañada de tristeza como dicen. Pero para medio día el sol ya había abierto todas sus flamas, y con el asfixiante calor de estas tierras todo se entintó de azul celeste manteniendo esas nubes gigantes y redondeadas tan blancas que llenan de manchitas los ojos al mirarlas.

En la tarde salimos un rato y el sol se dormía en un crepúsculo resplandeciente de azul y oro. Aunque estábamos sentados en una banca el verdor que nos rodeaba parecía aislarnos del mundo, o uniéndonos más con él mientras charlábamos, apenas de vez en cuando una música, el mar, un coche, un ave lejana turbaba nuestra conversación y  pensamientos que miraban de repente al tiempo, al pasado, ilusiones, a estar solo ahí mientras los saltimbanquis se daban de maromas… Esta tarde fue tan iluminada como muchas otras que brotan de mis recuerdos, tan blanca, tan tranquila, tan amplia a la vez… como el pensamiento..

Comentarios

eduardourbiolaituarte ha dicho que…
pues ya me diste tiempo para estar de esta otra manera contigo.
cada pasto verde es como una alma sembrada y viva, en esa nuestra ladera que ahora fue parquecito
y sentados los dos como muchas veces te lo he descrito entre mis poemas
y los kabritos retozando como lo he soñado y tu alma baalando y baalando persiguiendo las olas que han adormecido mi corazon cencerro
y los colores de nuestras paredes cielo y mar no son mas que telones que no nos dejan ver mas que este escenario que nos hemos impuesto para vivir nuestra propia opereta
...y somo otros alfredo y violeta que no dejan de cantar mirandose, querer llorando, llorar viviendo, y entregandose a su destino que no es mas que vivir esta hermosa obra que es estar aqui a tu lado

QUE VIVA VERDI

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