Otoño

De repente salió el sol, y quedó el cielo despejado.
No es que hubiera nubes negras, ni tormentosos vientos, solo hoy el día parece estar más brillante, mas azul, más limpio… más brillante!.
He vuelto a hojear a Klimt, las musas están muy presentes, los papeles listos, y mis manos tronándose las manos como las de un pianista antes de comenzar a tocar una larga melodía.
El mar está quieto, sus aguas son tan tranquilas como las de una piscina en una tarde fresca.
Ya comienza el otoño, este año no hay hojas en el suelo de pinos, ni eucaliptos, ni de robles, ni castaños, mucho menos tierra roja del pueblo espinudo color de tuna regada por todas partes, ni olor a nopales podridos. Este año no hay paseantes con paraguas, ni sweaters, ni mangas largas.  Hoy se siente solo la brisa de la humedad del Pacífico, la ropa es poca y llueven hormigas.
Cierro los ojos y me siento flotando, como a sabiendas que puedo lanzarme hacia atrás desde un gran peñasco, y habrá alguien, sí habrá alguien que estará ahí listo para atraparme.

Veo al cielo y veo caer las estrellas, que espero con brazos abiertos para cacharlos y cuidadosamente ponerlos en un cofre, y a mi lado  mis dos saltimbanquis picassianos, como de costumbre, haciendo de mi malabares.

Comentarios

eduardourbiolaituarte ha dicho que…
hace tiempo me hiciste muecas como pidiendo que te contestara, no te diste cuenta de que ya lo habia hecho con mis versos.
así soy yo, no siempre de la misma forma
no siempre soplo pal mismo lado
pero soplo.
te amo y sabes?
eso ni tu lo puedes cambiar

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