emoción

Hay cosas que jalan mi espíritu, ¡de verdad!. 

Hay cosas que me abren el corazón y me hacen tomar las nubes para hacer malabares, o deshilacharlas con los dedos, como un niño investigando un juguete, como un gato con su madeja de estambre. 

Hay eventos que me llueven el entusiasmo encima,  y me empapan el espíritu, lo busco todo el tiempo además.  

Sin embargo, reconozco que no son los días que de por sí me son especiales, ni la edad, ni los objetos en sí mismos...  es mas bien la emoción que veo en ellos, tu entusiasmo al emocionarte por mi, el motor que te hace pensar en regalarme algo estremeciéndote en ello, la experiencia que sé que vas a vivir y te hará crecer, o lo que te es importante, la sonrisa que puedo yo sacarte, el tan solo pensar en conmoverte con mis inseguros trazos, la ilusión de afectar otro espíritu con el mío, o escuchar otras historias de quien también lo intenta a diario, el del escenario o tras bambalinas. Es sentir que estoy viviendo con lo que hay, cada minuto, es palpar que hay bondad, sensibilidad, cuidado y cariño en ti, quien observa, quien lee y a quien se le hincha el espíritu después de eso, el de la butaca.

De verdad que hay cosas que me emocionan, muchas, hay cientos de mariposas que me comen el estómago en cachos, cientos... 

ni que decir, así es.