escamas doradas

    Lejos del mar estoy, mas bien en semi desierto. Como siempre seco, como siempre quieto, como siempre en mi entre la infancia y la realidad.
    Entre esa sequedad  encuentro una isla de agua, por defecto sin palmeras,  con rieles para nadar, muchos. Y de entre el canto de silbatos y chapuzones brillan flotadores una sirena y un tritón cachorros, emergentes entre otros cientos de peces en su afán de supervivencia.

     Libres van por fin en arpegio sus encantadores cuerpecillos. El agua no puede mas que acompasarse con el revoltoso movimiento de sus extremidades y su risa enmarca, como en retablo, la radiante luminosidad de sus rostros flotantes que nadan de lado a lado, que miran emocionados, que sacian con sus escamas doradas el aire, el espacio todo y  mi interior.