apunte de un domingo de verano...


 

Hoy amaneció nublado y cargado de humedad, una humedad difícil de imaginar cuando se crece en el semidesierto, pero al igual que el frío, se cuela hasta los huesos. 

El mar esta hoy mas bravo que de costumbre. Le da por hacer escandalo  con una o dos grandes olas, pero es solo aproximadamente treinta segundos y baja de intensidad gradualmente hasta llegar a un suave murmullo, y luego silencio, un silencio largo de quince segundos para volver a empezar. 

Estos días has sido algo así, como el mar esta mañana. Aun duermo, pero la cabeza esta algo dispersa y volteo constantemente a ver el reloj viendo como los días se escapan como agua. La incertidumbre vuelve a ser una constante que me roba mucha atención  y me tiene alerta a resolver lo que haya que resolver. 

El tren de cercanías va de subida y asalto a mi cordura y sensatez con un suspiro para mantenerme tranquila, enfocada y ayudar en lo que se pueda.

Ha llovido, pero aun no hemos llegado al drama de la tormenta Wagneriana... Aun así en este embravecido gris verdoso de la música que canta el mar en sus estruendos, medios y silencios la humedad se esparce en mi completamente sentada frente a frente para calmar a mi espíritu en esta mañana de verano. No es para tanto, así hay días nostálgicos de sol escondido donde las nubes y sus grises relucen en todo su esplendor. 

Comentarios

Entradas populares