disonancia...



Es un quieto domingo de playa no tan soleada y espero. Espero en esta silla rodeada de risas de niños, del golpeteo constante de los platos de cerámica y los vasos de cristal que chocan hasta casi no notarlo. 

Cuando venía hacía aquí tenía un millón de ideas que podría poner por escrito, y además en imágenes, eso de aprovechar el tiempo no se me quita de la cabeza, pero esas ideas que tenía hasta esta mañana de manera tan clara y definida se han disipado con el ruido de los platos, cubiertos y las conversaciones varias que en disonancia conviven en el mismo espacio, como al entrar a una sala donde la orquesta ensaya previa al concierto.

Los niños empiezan a desesperar y rompen en llanto mientras los adultos apuran su paso para dejar el restaurante. Todas mis ideas  han quedado regadas por doquier y distraída contemplo, distraída. 

¿Qué es lo que puedo contar?, de ayer, por ejemplo... ¿Cómo exhalar el buen sabor que me dejo haber visto a Laurie, de verle bien, a sabiendas de los años difíciles que ha pasado. Verle, me ha hecho ver hacia atrás, hacia lo que somos y el proceso en nuestro cambio de pensamiento a lo largo de los años, desde que lo conocimos, y cada que nos encontramos para ponernos, últimamente con prisa, al tanto. Verle me ha recordado sus palabras aquietando mi desesperado espíritu  sembrándome paciencia y esperanza, y he recordado a Carmen, sus conversaciones, tan nítidas, con gran sentido común, y con quien me sentí, como con poquísimas personas en mi vida,  en su momento tan entendida a profundidad, como si habláramos el mismo idioma, y literalmente no lo hacíamos. Verle me ha recordado lo privilegiada que me sentí cuando me abrieron las puertas de su casa para pasar mis tiempos a solas y pintar sin distracciones, abriéndome su completo mundo e intimidad. Verle me hace estar aquí masticando un poco la vida que se ha ido y lo afortunados que somos este momentito de la historia que se forja, en presente. 

¿Qué mas puedo contar que las historias que veo tan de cerca?, Solo veo a mi alrededor en cada mesa, cada lugar al que miras esta lleno de historias, de expresiones, de sentimientos, de experiencias..

No es posible saber cuando todo este sueño termine, o la vida quede sometida a un rincón. Creo que he ido perdiendo mis grandes aspiraciones y lo que mas deseo son estas cosas en la vida que solo se resuelven junto a quienes amas, y deciden amarte. Las cartas que se escriben  y son correspondidas, y te dejan pensando, removido.  Las cartas que uno escribe o dibuja para guardarlas en botellas verdes, con un gato negro por ejemplo, y las arroja al mar, con la misma ilusión de los veintes de que alguien pueda interesarse y se deje provocar, en algún tiempo, en algún lugar, y se regale el compromiso de seguir adelante a pesar de todo.


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