A lo Vatel...


He vuelto a escuchar eso de que hoy en día el arte no le significa a la sociedad moderna, al menos, no lo que muchos entendemos por arte, o lo que sería el arte no digitalizado, el de a mano alzada, por así decirlo, y sí, lo veo, estamos tan hipnotizados en una vorágine neurótica del entretenimiento ansioso y compulsivo que nos permite evadirnos de la realidad, que ni la pandemia, ni el cambio climático, ni la violencia,  ni la economía raquítica es capaz de detener, consecuencia de nuestro mundo cómodo y sofisticado. Se vive no en la realidad sino en la virtualidad que se funde con el horizonte.   Escucho que los artistas tendríamos que estar preocupados por llamar la atención del público con algo espectacular, tendríamos que estar pensando en algo tipo Francoise Vatel para el príncipe de Condé, corre entonces una respuesta para saciar y atraer esos espíritus, para deslumbrarlos, para hipnotizarlos con algún artificio digital apantallante que los mantenga tan entretenidos como FB o Tic toc, o algún software en boga, a manera de eyaculación precoz, es decir, de a cinco minutos.. 

Pero es que el Arte como cualquier otra materia es algo que debemos tomarnos muy en serio, no solo por la disciplina, el rigor  y la constancia que exige, sino porque, al igual que las demás áreas de las Humanidades, nos invita permanentemente a pensar, a analizar, a imaginar, sensibilizarnos, a plantear resolución de problemas, a reflexionar, a cuestionar la realidad, a estar.. y ¿no es eso tan necesario en  la vida humana hoy y lo ha sido en todos los tiempos?..  No es un que hacer práctico, es cierto, no es una profesión como curar a un enfermo, construir una vivienda, alimentar un pueblo o administrar una localidad, pero no es menos importante. 

He escuchado desde que era estudiante hasta la fecha muchísimos adolescentes que nadan como peces en la piscina de la creatividad, la imaginación, la estética, la filosofía,  etc., pero canalizan sus búsquedas a áreas mas practicas y funcionales por precondición de sus padres y su sociedad, repiten la famosa frase  "no quiero morir de hambre", y es que ese precepto, que cualquier adulto puede desmentir con un soplido, es completamente relativo... ¿no sería mas lógico acompañar los sueños de esta nueva generación de individuos jóvenes, estimulando mas bien la fortaleza de espíritu y la manera de abordar problemas y como resolverlos, el enfrentarse a si mismos y serse francos, la auto aceptación, en vez de lanzarlos a la marea de lo colectivo sin la herramientas que no solo no tienen hoy para sobrevivir sino que el adoctrinamiento social resulta ser, en millones de casos,  una fabrica de individuos grises y frustrados que nadan con cadenas y anclas en un pantano?.. 

Creo que los artistas, como demás actores del área de las Humanidades tenemos no que sucumbir al mercado y el apapachamiento sumiso de la tecnología (y no es un pleito contra lo tecnológico, para nada), sino que nuestra MOTIVACIÓN creativa, discursiva no depende de lo externo sino de nuestras viseras y la sangre que fluye en nosotros, de lo que tengamos que gritar, humanos, hoy mas que nunca, y siempre...  y si hay individuos que desean fervientemente fluir en estas aguas, ¿Por qué limitarlos con absurdos?...  Mas nos conviene ponerle la estafeta de lo importante a lo que realmente lo es, y quizá podamos ampliar horizontes.. 

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