Texto visceral.



Hay historias que caen del cielo, esas son las mejores. Esta vez no fui yo a buscar, ni nadie ha venido a buscarme, es diferente...

Ella cruzo el portal del café, nadie la esperaba pero ella sabía bien a que iba. Le tomo valor decidirse y aparecerse en el lugar como lo hizo, es probable que hasta haya ensayado durante varios días sus líneas, decidido no comer lo que que no debía, pensó en como se aparecería y lo que podría pasar, temió al rechazo y al ridículo, o no encontrar a nadie, pero no fue así, todo sucedió tal cual pensado. 
Lo demás fue una conversación común y corriente de personas que no no se ven desde hace tiempo y se ponen al día de manera general, mas hasta mi sitio retumbaban los latidos de su corazón, sus mejillas rosadas me encandilaban y provocaban las mías y su ojos desesperados buscaban contener la multiplicidad de emociones que por dentro caían como cascadas. Él la acogió y ella no dejaba de temblar disimulando como una adolescente... 

Y yo justo que quiero hablar de amor, hoy de otra manera desde otra piel vi lo que todos vivimos muy de vez en cuando, nos hace perder la cabeza, de lo que poco se puede explicar, poco hablamos de ello y no tiene sentido...  

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