gesticulación


1,2,3 se abre el telón.
Con la cara blanca abre número, el cuerpo y sus muecas buscan al público que desde su butaca averigua lo que sus ojos ven y su mente reconstruye. Yo ahí tras bambalinas le miro de perfil, alumbrado por las luces, caminando entre traslucidas paredes y trepando escaleras imaginarias, espero el momento en que los saltimbanquis salgan a escena.
1,2,3 ahí están. Sus caritas blancas sonríen y traspasan grandes cristales, se cuelgan de los globos, jalan cuerdas que no se ven, ruedan y con las manitas bien abiertas con sus gestos enternecen hasta al más oscuro de la fila de hasta atrás del anfiteatro.
Aquí voy cargando  cristales, volando aves, y en un pas de quatre arrancamos el corazón de quien nos lo permita, y con una reverencia se cierra el telón.


Ha sido una noche buena, en el foyer se escuchan las charlas de quienes con un buqué de emociones abandonan el lugar.  Nosotros a desvestirnos, y los labios desenmascarillar, colgamos los trajes a rayas, las mallas y los sombreros que se quedan en el camerino aguardando el día siguiente. 
Contamos entonces nuestras impresiones, de los guiños a interpretar, de las señas que entre nosotros corrieron para seguir provocando lo interno mágico que hay detrás de las sonrisas en los palcos y la platea, y así nos vamos a casa, masticando el escenario, planeando la siguiente función, en este claro de luna que refleja que ya por la banqueta seguimos con la cara blanca y tal vez así mismo nos vamos a dormir.

Comentarios

eduardourbiolaituarte ha dicho que…
es padre estar en el escenario, es muy vivificante estar arriba siendo porte de la puesta en escena, pero es aún más maravilloso saber que no estas arriba, sino mas bien el escenario son tus continuos días, que no dejan de pasar mientras te guarde vida el cuerpo.

bueno amor pues buenas noches
y esperemos la nueva semana que empieza.

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