APUNTE DE LAS RELACIONES HUMANAS XIII. DE MASCARADAS, EN LA ESFERA DE LO PRIVADO.

A veces me parece que quizá en la esfera de lo privado la realidad se aprecia con mayor claridad, o una parte de ella. Y es que es ahí en lo privado, en lo intimo, en "nuestros asuntos"  donde nos desenmascaramos, o aun en nuestras mascaradas,  nos mostramos tal cual, al desnudo, con todos nuestros pliegues, hendiduras y voluptuosidades, imperfecciones, sin disfraces de musas o venus, sin trajes de príncipes o minotauros seductores, sin artilugios, nos mostramos tal cual somos, como una planta en la playa, expuesta nuestra naturaleza humana.  

¿Qué pasa el día después, el segundo después en los terrenos de lo no intimo?. Regresamos a la volátil vorágine de las prisas y el correr del tiempo, sobre estimulados por el consumo de bienes y servicios que creemos necesitar, para sobrevivir socialmente, para existir, para demostrar que existimos a través de un status social, para sentirnos seguros o aceptados y sufrir en lo menor de lo posible la soledad, la angustia y ansiedad que nos produce la existencia.  ¿Por qué  ya no nos importa el tipo de persona que somos y como tratamos a los demás,  el como desarrollamos nuestro espíritu?. Al parecer lo que importa es la imagen que proyectamos, como un avatar, irreal,  que debe ser lo mas cercano a un ideal de ficción  creado por el consumo mismo e imposible de alcanzar, imposible.

Las relaciones interpersonales han perdido profundidad, son funcionales en su gran mayoría,  carecen de sustancia, y esa falta de sustancia sostiene el desinterés y la falta de empatía, convierte a las relaciones en desechables, muy probablemente como consecuencia del tipo de vida al que nos hemos acostumbrado y del que ya no entendemos otra manera arrasados por vivirlo en nuestra cómoda cotidianidad. Conectar con alguien, como lo hacen los niños en un parque de juegos es ya un esfuerzo descomunal, y generar un vinculo que perdure en el tiempo parece un esfuerzo sobrehumano. Ir mas allá de la superficie para conocer a la persona detrás de la imagen que presenta o permitir dejarse ver mas allá de prejuicios o ideas preconcebidas es cada vez menos común, menos apetecible, eso de perder el tiempo  no es algo a lo que hoy en día queremos hacer, si,  "perder el tiempo". 

En este momento  las relaciones románticas en su producción excesiva de idealización y sacrificio por el otro, o la idea de pertenencia ya nos son tan deseables,  pero tampoco lo que involucra compromiso, responsabilidad, y el cumulo de acciones que procuran alimentar todos los días el amor y la amistad, el cuidado, la atención, el compromiso, la negociación, aceptación, es decir, como analogía el cuidado de una semilla que se abona, se crece y florece  con el paso del tiempo, sino que la visualización de nuestras relaciones se inclina a la pretensión de un mero satisfactor en la inmediatez de nuestras necesidades momentáneas en sentido efímero, justo como un otro bien de consumo que queremos adquirir casi al tronar los dedos,  utilizar y desechar, ¿hacia donde vamos con nuestra manera de relacionarnos?, ¿no seriamos seres humanos aun mas solitarios y con mayores vacíos?.

A como vamos entendiendo y funcionando ¿no se vuelcan las relaciones hacia uno mismo enalteciendo este valor tan en boga de narcicismo?¿para que necesitamos a otros si nos podemos tan solo relacionar con uno mismo?.. 

En la historia humana hemos ido actualizando nuestras dinámicas de comportamiento social, vamos adaptando formatos a nuestra realidad y nuestras necesidades de diferentes maneras que nos den respuesta, algunas veces mejores que otras, algunas veces realmente nefastas y destructivas. Buscar a las demás personas a medida de nuestros gustos, no creo que sea la mejor respuesta. Buscar que los demás satisfagan todos nuestros deseos según y en concordancia con la película que nos armamos en nuestras fantasías, no eliminara nuestro sentimiento de soledad.. ¿porqué insistir buscar la inmediatez y el beneficio banal y momentáneo, realmente estamos destinados a esa pretensión? ¿es por ahí que resolvemos la eterna búsqueda humana de la felicidad de donde surge nuestra humanidad como seres consientes? ¿ no con eso estamos formando una sociedad de adictos que terminaríamos  hartos de que se cumplan nuestros caprichos y necesidades, ensanchando la ansiosa y desesperada constante de reconocimiento personal?.

Desafiar nuestros limites, superar los conflictos, cambiar, imprimirse, es un ejercicio que nos vivifica y tiene mayor trascendencia que solo la química del enamoramiento. La sustancia de nuestros espíritus, el ejercicio del construirse uno mismo, el esfuerzo que involucra el desarrollo, ese quebrarnos la cabeza para entendernos y entender a otros es la posibilidad de encontrar dinámicas relacionales más saludables. Es de esperar que este camino de la objetualizacion de los otros provoca la incapacidad de entablar relaciones constructivas y fructificadoras, libres. 

Quizá en la esfera de lo privado la realidad se aprecia con mayor claridad, frente al espejo no hay nada que podamos ocultar ni escapar de nosotros mismos de lo que vemos reflejado, eso cada uno lo sabe aun después de la sobredosis de evasiones a todas direcciones y de todas formas,  no se puede ocultar... ¿hacia donde quiere uno dirigirse?¿que es lo que como sociedades estamos decidiendo vivir? 

No creo que encontremos una sola respuesta debajo de la manga frente a nuestra complejidad y la vastísima variedad de formatos que nos conforman a cada uno de nosotros y en nuestra interrelación, pero si creo que es un muy buen momento de  volver a mirar con mayor profundidad la realidad que tenemos enfrente, de cuestionarnos y desempolvar esas virtudes de conducta básicas de donde gira y descansa el valor humano, esas virtudes de las que se hablaba en la antigüedad, y direccionar nuestras dinámicas hacia terrenos mas constructivos, plenos y satisfactorios. Es en la profundidad de lo humano donde obtendremos respuestas en todos los tiempos. 

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