APUNTE DE LAS RELACIONES HUMANAS X. De lo desechable.


La consciencia es la que nos ha hecho reconocernos como "uno" frente a lo "otro", frente a lo natural. Este cuestionamiento existencial forma parte de nuestra cotidianidad, es una cualidad intrínseca a nuestra humanidad. 

Es bien sabido que somos sociedades adoctrinadas por patrones culturales que nosotros mismos hemos establecido como orden social a lo largo de la historia, que en esos patrones y roles esta basado nuestro comportamiento hasta que vamos entendiéndonos a nosotros mismos mas allá de ellos a lo largo del tiempo y tras un proceso de reflexión, replanteamiento  y reconocimiento necesariamente llevada a cabo por una decisión individual de reconstruirlos y modificarlos.

Hoy como individuos modernos no podemos entendernos sin el chip del consumo, forma parte de nuestra estructura, y creo que ese es el origen de muchos de nuestros males. No entendemos las relaciones  sin la connotación del consumo. Nos alimentamos de películas y series que representan ideales relacionales románticos o sexuales según nuestras necesidades. Tenemos apps para resolver practica y funcionalmente nuestras apetencias y caprichos sin tener que quebrarnos la cabeza o poner un gran esfuerzo y en este globo de comodidad hacemos lo mismo entre nosotros. La realidad es mucho mas amarga que los idílicos de las pantallas o de nuestra imaginación.  El amor para muchos no es razón suficiente para mover montañas sino es un otro producto  de usar y tirar, mas conveniente, más práctico. Seleccionamos relacionarnos con personas que nos cubran alguna necesidad, exclusivamente como receptáculos del servicio, la concepción del "otro" no es como la de uno mismo, sino como un bien desechable. 

Las conexiones interpersonales , las conversaciones, la búsqueda de conocer a las personas de manera real queda diluida  en la volatilidad de nuestro siglo XXI.  La superficialidad de nuestras sociedades vive preocupada por las apariencias y la búsqueda del placer inmediato, egoísta y efímero. Perseguimos una felicidad entendida como un estado de ánimo que nos sacie nuestras angustias y ansiedades como antibiótico contra el dolor, contra la existencia misma. Pero la vulnerabilidad existencial que ocultamos, la necesidad de validación de que nos miren, nos reconozcan, nos quieran, el natural deseo de pertenencia, de entrega de imprimirse en otro, acaban provocando muchas tormentas. 

¿Hacia donde van conducidas nuestras relaciones cuando solo buscamos saciar nuestras necesidades sobre la superficie?. Estamos cambiando  nuestro diálogo, es necesario, nuestra concepción de lo que significa estar enamorado, estar en pareja, la amistad,  tener la vida sexual plena, es todo un reto. ¿Como irá evolucionando el vínculo con el tiempo?. Y es que nuestra realidad se forma entre la cohabitación de lo que es correcto e incorrecto para nosotros, de querer seguir la  lógica propiamente impuesta pero indudablemente sabemos que se torna opuesta según la situación en la que nos encontremos, la lógica irónica del ser humano tan contradictorio en un contexto y con una realidad que no acabamos de entender. 

El amor, las relaciones que establecemos entre personas se componen de altibajos llenos de jubilo y goce y de desencuentros y tensión, es justo en eso en donde radica la analogía de la rosa con espinas, y es eso justo donde la realidad de nuestras relaciones se establece, y al igual que en la navegación es una habilidad que uno ejercita y perfecciona cada día,  si así lo quiere, nos da sentido. 

Las decisiones  deberían tomarse no por desilusión sino por esperanza y compromiso. La flexibilidad, animarnos a abrir el diálogo contribuye a formar un vínculo honesto, autentico, valioso y solido. Nuestra búsqueda podría ir  hacia permitir que las relaciones crezcan y se adapten a nosotros, hacia ensanchar nuestro espíritu humano y no degradarlo, hacia una vivencia mas constructiva y enriquecedora, donde cada noche uno duerma en paz y tranquilo y no seguir alimentando nuestros propios transtornos de la personalidad, la incapacidad de autorreflexión y autoanálisis, de mirar hacia adentro para profundizar en uno mismo, para ser capaces de desactivar nuestros propios mecanismos de defensa para no aceptar nuestras inseguridades, para bajarle de tono a nuestras neurosis, y entonces poder ejercitar la capacidad de ser libres..



Comentarios

Romer Cornejo ha dicho que…
Muy buen texto... excelentes ideas y bien escritas...

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