De la mentira y la verdad..


La mentira siempre devela la verdad. Quizá si lo tuviéramos mas presente no mentiríamos tanto. No nos gustaría tener las miradas inquisitivas de los otros, sobre todo si nos visualizamos al desnudo frente a ellos, y es que es eso justamente, la maravilla de la mentira es que siempre devela una verdad mas profunda. Pone sobre la mesa, para quien lo quiera,  la intención, motivación, temor de lo mas interno que hay en nosotros, en el que miente. Nos desviste y nos exhibe al desnudo, con nuestros pliegues e imperfecciones, demuestra nuestra estupidez, pues al mentir dejamos ver esos recovecos que solemos cubrir con ropajes y maquillaje, y aun en ello, en la desarrollada habilidad que requiere un proceso entero de encubrir, la verdad siempre se verá,  pues el acto moral tiene valor en sí mismo y no en sus consecuencias.  

Mentimos por un sin fin de razones: por que nos vean bien, por no herir susceptibilidades, para no sentir culpa, por empatía, por deporte, por sentirse que se esta haciendo una buena causa, por darle sentido a nuestra existencia, para sentirnos seguros y protegidos, para sentir que nos quieren, que le importamos a alguien, que no estamos solos. En el peor de los casos mentimos de manera horrenda y dolosa, por cobardes, egoístas, por sacar provecho o dar coba a un poderoso que creemos nos recompensará de alguna manera. Mentimos como arma de guerra para manipular y llevar un fin al termino que deseamos. Mentimos por capricho. 

Para  que nuestra mente curiosa y obsesiva nos lleve a resanar, cubrir o maquillar una verdad, se tiene que ser consciente de lo verdadero, o del análisis de lo que se cree que es la verdad, sino no tendríamos necesidad del engaño.  La mentira es uno de esos actos intrínsecos a nuestro comportamiento humano, que requieren obligatoriamente de la razón para poder contenerlo o alimentarlo. Es un acto cien por ciento consciente y racional. Es un acto moral. Es decir, para mentir o no mentir  se requiere un proceso de análisis y valoración de la circunstancia y de las consecuencias, y así decidimos. 

La verdad es un deber mas allá de los hechos, y requiere valor.  La mentira o media verdad lastima la confianza y es difícil así sostener un juego limpio donde el espíritu mismo esta en medio. La verdad  nos conduce a un mejor camino,  mas aportador, mas constructivo, donde le permitimos a los demás ver nuestro juego y así permitir que ellos tomen sus propias decisiones. Es un juego libre. 

En estos tiempos donde la mentira tiene un papel protagónico en nuestras vidas, donde importa un pepino que existan todos los datos duros que demuestren el embuste o el engaño, en este tiempo de consumo y crisis, en fin,  parece que la condición humana, o de muchos al menos, seguirá siendo optar por la mentira, que esta de moda, porque el valor supremo no es el bien, sino el poder de consumir o de apropiarnos de los demás, del entorno. La verdad suele ser bastante aterradora,  difícil de digerir, o  simplemente mas incomoda, pero nos conduce hacia un mundo libre y profundamente al reconocimiento de uno mismo. 




Comentarios

eduardourbiolaituarte ha dicho que…
QUE TE DIGO QUE NO HAYAMOS CONVERSADO YA
ESTO DE MENTIR ... DE SALRSE CO LA SUYA
DE NO INTERESARSE POR LO QUE AL OTRO LE IMPORTE
EN FIN ... MENTIR ES AL FINAL DE CUENTAS UN ENSIMISMAMIENTO DE LA NADA ... PORQUE AL FINAL NI UNO MISMO ACABA CONTANDO ... YA QUE SE CAE EN EL DESCREDITO

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