EN BUSCA DE LA PRIMAVERA



 EN BUSCA DE LA PRIMAVERA surge justo al inicio del confinamiento de la pandemia de coronavirus.  Antes de ello había estado trabajando durante dos años la serie EL BESO, prácticamente una Oda a lo que me parece una de las mas honestas manifestaciones del amor y el deseo, la mas impulsiva y limpia pulsión afectiva que uno muestra y recibe, siendo el amor lo que nos motiva a actuar, enmarcado en mucho en mi interés por analizar las variedades y posibilidades que tenemos los seres humanos para relacionarnos. Así que sobre esa línea, justo terminando la serie del Beso viene el confinamiento, lo cual resultó un ruido a disco rayado, pues  naturalmente nuevos planteamientos en torno a las relaciones surgieron, era como si de repente se clausurara la manera como sabemos entregar afecto, y empezamos a temer el contacto físico. Todo esto aunado a la presencia mas intensa de la muerte, la desesperación, la impotencia, y lo virtual. Durante el confinamiento mucha gente había llevado discusiones filosóficas a sus hogares, me emocionó, en aquel momento pensé que frente a las múltiples  crisis que se desplegaban podíamos reflexionar y dar nuevas respuestas. En muchas voces se hablaba de cuestionantes de la vida en que pensar, siendo una sociedad tan inmersa en la vorágine donde al parecer había poco tiempo para pensar y mucho para llenarse de ruido en ese modus vivendi encuadrado por el consumo. Así que los temas clásicos como la muerte, la libertad, el miedo, el cuidado, el amor, la educación, el ocio, el trabajo, las formas de control político, el problema de la verdad o el lugar de las ciencias en la sociedad, formaban parte del interés de muchos.
Es así que continuo en este proceso que implica la creación de la obra que corresponde a esta serie, descubriendo mas variantes y personajes que finalmente son a quienes observo en mi realidad. 


Es entonces que surge esta serie echando un vistazo a como todo este temblor de la pandemia y nuestra postura frente a ella iba afectando nuestra dinámica social y afectiva, siendo uno de los pilares motor a nuestras acciones y decisiones. El como de cara a la incapacidad de enfrentar situaciones difíciles donde nos sentimos rebasados, que nos cambian nuestra rutina y esquemas prestablecidos, que implican inteligencia y creatividad para establecer nuevas estructuras y formatos de comportamiento. A lo largo del desarrollo de la serie, en donde la empecé ya hace poco mas de un año he ido asombrándome de las resoluciones que vamos dando, contrariamente a lo que pensé al inicio, la realidad parece deteriorarse cada día un poco mas. Pasan muchas cosas nefastas, como si el empuje a recargarnos con mayor intensidad en el uso de la tecnología, nos diera como consecuencia un apagón mundial del raciocinio, como si frente a la apertura de información y herramientas avanzadas fuera necesaria una fuerza en detrimento. Entonces nos enfrentamos a un corto circuito frente a la crisis económica mal resuelta, el descredito a valores como la democracia, el respeto, la empatía, y referentes sociales tradicionales, la incertidumbre y con todo ello el incremento del consumo continua. La respuesta, lejos de ser reflexiva como lo pensaba hace un año, es cada vez mas de no pensar, y refugiarse en la simpleza de dogmas y teorías mágicas, irracionales, sin sentido. Sin embargo no dejamos de necesitar sentirnos felices, saciar deseos y afectos profundos, con el sueño de ser plenos, de vivir en paraísos y primaveras, no hemos dejado esas raíces que nos dan la particularidad de lo humano, buscando, como si tuviéramos las frutas sobre la mesa, con la libertad de tomar una, comerla y beber su jugo, pero decidiendo todavía solo mirarla y seguir como si nada pasara..


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