Cavilaciones de almohada...

 


        Si echamos un vistazo hacia atrás, al pasado, nunca el ser humano se había vivido de manera tan práctica y sofisticada en cuestión de herramientas, conocimiento y desarrollo tecnológico, basta con vernos a todos pegados al teléfono móvil todo el día, informándonos, relacionándonos, consumiéndonos, o en otros múltiples casos, por ejemplo al ser atendido en una cirugía compleja, o realizar transacciones bancarias, etc.

Sabemos que el ser humano siempre es moderno en su presente, sí es así, si hemos llegado hasta este punto después de tantas guerras y luchas sociales e ideológicas por la libertad, igualdad, justicia, bienestar, etc. ¿Qué es lo que nos pasa que no dejamos de producir tantos actos estúpidos contra nosotros mismos y hacia nuestro entorno?

Somos capaces de resolver nuestros problemas de movilidad, de temperatura, salud, comunicación y cualquier problema racional que nos ha llevado a tener una vida cómoda, y todavía nos quejamos con incomodidad e incomprensión frente a algo que represente replantearnos formatos o esfuerzos, esquemas, o peor aun, un cambio de ruta, pero nuestro pequeño gran atore parecen ser las emociones, que nos invaden, ciegan y nos jalan como cabras locas, miremos nuestro reflejo social  a través de nuestros líderes, cuanta insensatez hemos normalizado, eso habla de nosotros y lo que estamos dispuestos a vivir... Pero paradójicamente la razón se pone en funcionamiento cuando hay una emoción que se lo pide, que te mueve a pensar, a buscar soluciones, a resolver problemas, a descubrir territorios. Nuestra mente funciona por el deseo. Miremos a nuestro alrededor, condenados a vivir sometidos por el orgullo, el egoísmo, la cerrazón. Al parecer las crisis, las hambrunas, la pobreza, la guerra, los abusos, la injusticia, el racismo, la discriminación, la desigualdad, la violencia existirán siempre, seguiremos repitiendo sin remedio actos estúpidos, que sin ser filtrados por reflexión alguna se convierten en dinámicas establecidas que bien aceptamos aun nos provoquen daño, y nos estemos echando al planeta al plato de pasada...

¿Algún día todo el potencial que tenemos gracias a nuestra conciencia nos servirá para acercarnos al ideal de una vida con principios, legalidad, razón, ética, respeto, en lugar de servir a los mas básicos instintos irracionales puestos a disposición de intereses personales, como orangutanes?

Invertimos tanta energía y esfuerzo en jugar chueco, manipular, engañar, desacreditar, vengar, imponerse, que perseguir y acordar un bien común. La política hoy es denigrante en muchísimos lugares, superflua y de impronta, enfocada en el espectáculo soso y sin sentido mas que en el debate, el razonamiento, la reflexión y la resolución lo cual produce una tremenda desorganizada sociedad, ¿qué mas podría producir?..

Quizá he estado equivocada mucho tiempo y no es el uso de la razón el que está poco desarrollado, sino nuestra capacidad de desear. No es que no sepamos pensar por nosotros mismos, sino que nuestras emociones débiles, infantiles y huecas solo pueden conducirnos a pensamientos débiles, infantiles y huecos. Emociones de dominar y ser dominado solo pueden conducirnos a pensamientos y acciones de dominar y ser dominado... Las religiones han dejado esquemas de comportamiento, por ejemplo, que siguen funcionando increíblemente produciendo culpa e insatisfacción.

Probablemente mas que pensar en que nuestros deseos retomen el gusto por el conocimiento, tendríamos que recuperar antes la capacidad de creer en un ideal e ir a por él. Un algo que nos haga crecer, que nos domestique el miedo y la angustia, los prejuicios y banalidades, como me decía alguien "la raison de vivre", ese espíritu de deseo que nos lanza al mundo a querer descubrirlo todo, a construir castillos y puentes, a conquistar corazones y que convierte a la frialdad de la razón en un sueño que nos impulsa mas allá de lo inimaginable, la emoción de la primavera por decirlo de alguna manera.

Esto no quiere decir que no veamos la realidad agreste y dura que hemos construido, yo soy de la idea de que no debemos cerrar los ojos ni buscar evadirnos, sino por el contrario, no dejemos de enfrentarnos, de ver nuestro reflejo, de entender a plena conciencia donde estamos parados, y como nos vivimos hoy como sociedad, como individuos, a que nos hemos acostumbrado y como podemos construir mundos mejores, que nos dignifiquen, que nos muevan la mente y nos pongan a pensar, que pongan esas emociones a crear sueños y no a destruirlos. Porque hemos aprendido a utilizar los teléfonos y las computadoras pero no a resolver nuestras diferencias y problemas de relación, a convivir, a respetarnos, a dar lo mejor que si tenemos, esa voluntad inquebrantable de los ideales que nos contagian y vivifican de nuestra misma humanidad. 

Comentarios

Unknown ha dicho que…
ORALEEEES

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