...buscando la primavera...



Besaba tanto que se quedo sin aliento. Los besos aun después del confinamiento exprimieron su espíritu y sus pensamientos como una esponja  hasta quedarse sin líquido.
Con el tinte del tiempo, como todas las cosas, se ensancha y expande gradual y lentamente, como la esponja misma. Sabe que el cuerpo irá por delante, organizándose a sí mismo, con las ideas, el conocimiento y la curiosidad a un nuevo puerto, esperanzado... jugando con la ilusión y el tiempo como el malabarista y el profesor de ballet que hoy día en esta realidad absurda y futuristica van  buscando la primavera... 

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