APUNTE DE LAS RELACIONES HUMANAS IV. DE LA APERTURA A OTROS FORMATOS DE RELACIÓN.


Quizá todos en algún momento pensamos en la existencia de un solo formato de relación entre personas, el conocido, lo aprendido.
Para entender, funcionar, para ser aceptados y valorados clasificamos, ponemos en gavetas las relaciones de manera que simplifiquen el concepto que aglutina cada relación: de amigos, de pareja, parentales, laborales y profesionales, de conocidos, etc. y que servicio o beneficio nos aporta cada relación y catalogamos el como es el transcurso de cada una de esas relaciones, y su desenlace. Intentamos que las relaciones encajen dentro del modelo o patrón de conducta del que formamos parte. De manera lineal y estereotipada encajonamos a las personas con quienes nos relacionamos o no nos relacionamos, y nos posicionamos en un rol del como debemos actuar en cada situación y como actuar en consecuencia. Cuando algo o alguien se sale de nuestro cuadrante simplemente lo arrojamos a la papelera, a la cámara del rechazo en el mejor de los casos, en el peor actuamos con violencia. Hemos aprendido a sostener un determinado sistema de relaciones humanas prácticas y funcionales que salvaguardan nuestras áreas de confort y seguridad, donde no se intima, donde nos eviten el contacto profundo, donde pocas veces nos permitimos desvestirnos y ser al cien por ciento, "para no estar en desventaja".
Pero realmente, ¿cual es nuestra capacidad humana de amar, de entrega, de aporte, de relación e interacción con los demás? como desgranamos la construcción patriarcal en las relaciones de dominio sumisión, de ideología amorosa, de pertenencia, de lo ya aprendido? como conceptualizamos hoy el afecto, el deseo, el erotismo?.

Todo momento nuestro cerebro detecta sensaciones que recibe a través de los sentidos, experimenta procesos mentales por los cuales seleccionamos, organizamos e interpretamos información proveniente de estímulos, pensamientos y sentimientos a partir de su experiencia para formar una impresión consiente de la realidad. En la interrelación de personas, cuando nos sentimos atraídos por otros o inusuales circunstancias y en nuestra vara de medición no cuadran con nuestros ordenes preestablecidos, o la manera como entendemos el mundo, cuando nos enfrentamos a lo que clasificamos como "sentimientos peligrosos" o desconocidos, despierta nuestro sentido de alarma y se activa un mecanismo de defensa que nos hace huir de estos sentimientos o emociones en vez de enfrentarlos, lo mitigamos con el área racional... pero qué pasa cuando los enfrentamos?.

Si buscásemos liberar nuestros espíritus de la dinámica cultural-social llena de ataduras, represiones y nos implantáramos la necesidad de romper con los tabúes que nos constriñen quizá nos enfrentemos a la posibilidad de construir otras formas de amar que partan del amor propio, mayormente igualitarias y la búsqueda de la felicidad, el placer, el disfrute, la plenitud como seres humanos permanentemente vivificados. ¿qué pasaría si perdiéramos el miedo al castigo, si en todo se pudiese acordar fluidamente?, Quizá nuestras relaciones tendrían mayor sentido y trascendencia a nivel intelectual y de conciencia, serían mas sustanciales... Tal vez el punto esta en enfocarnos en el como construimos dinámicas de relaciones que promuevan lo mejor de cada uno de nosotros,enfrentarnos a nuestros deseos y pulsiones, cuestionarnos, salir  de nosotros mismos para aportar y abrirnos, podríamos vivirnos al cien por ciento como somos y aprender a amar.

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