la pintura.

Después de casi cinco años de implicarme en la producción de la escultura en cerámica  he regresado paulatinamente a la pintura, sin embargo no puedo negar que mi mismo trabajo actual está íntimamente relacionado con todo el crecimiento y  desarrollo de habilidades que el trabajo en escultura me ha proporcionado. Tenía tiempo ya deseando retomar el trabajo bidimensional, sin embargo siempre encontraba por qué no hacerlo, me implicaba en uno u otro proyecto y mi producción escultórica lleva un ritmo lento, así que pasó el tiempo mientras las notas cargadas de ideas y discursetes se apoltronaban en la pizarra y no encontraba como agilizar mi proceso y darle cabida a todos esos post tips. Así que los bocetos o apuntes en papel se fueron convirtiendo en mi retorno a la pintura transformándose con el tiempo en una formal búsqueda de territorios a mi necesidad de expresión.


Algunas veces hago la comparativa entre la pintura y la escultura, el proceso pictórico me es más sencillo e inmediato que el de la escultura, aunque el proceso creativo es el mismo, todo parte de una idea que me puede traer cualquier musa. Estas ideas surgen generalmente de mi encuentro con personas o lo que percibo de ellas y sus historias, de los sentimientos que voy leyendo a través de la mirada, los gestos,  expresiones y discursos, incluso en mi misma. Estos elementos son los que al llegar a mi ocupan un espacio en mi mente y después, como un sastre que da forma al traje, entre arreglos y enmiendos tomo a la idea que habrá que madurar explorando su porque, para que y como, echándome  un clavado a mi propio mundo interior, analizando las posibilidades que encuentro del cómo se podría interpretar en el objeto lo que quiero decir y lo que lo enriquece mientras se va construyendo. Así trabajo hasta decidir la composición final que no es más que el orden de los elementos que forman la obra, el color de los instrumentos, la tensión entre ellos y su fuerza expresiva,  pero que de ella depende la claridad con que el espectador leerá la pintura. Esta parte del proceso me lleva más tiempo tal vez que la técnica del material.

Generalmente realizo dibujos previos y veo mucha obra de otros artistas  como auxiliares compositivos. Una vez que empiezo el trazo me involucro hasta verlo terminado, no me gusta dejar una pieza inconclusa, siento que me enfrío, y mientras lo trabajo fluye en mi sangre una especial y fascinante carga de adrenalina que me obsesiona hasta ver terminada la pieza.

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