tiempo mojado
Estando bajo el gran techo azul
brillante de poca nube, con la brisa que se exagera conforme la mañana
atraviesa, tendida miro a lo lejos a los pequeños peces de bronceadas escamas
que danzan sobre el agua custodiados por
un tritón, reposan en la playa y se enredan en el aire con la arena dorada, muy
a lo Sorolla. Levanto la mirada y sobre el fondo azul veo venir a los grandes pájaros
de alas ennegrecidas que buscan el
almuerzo de medio día mientras sobrevuelan las palmeras y la composición toda. Y después de los hilos de recuerdos de una
Tapia perdida que dejo a un lado, solo contemplo el escenario, escuchando los
sonidos de las risas, de las olas, las aves y algo más que se cuela de momento. Y pareciera entonces que la escena se tiñe de dorado resaltando los
azules que siempre han de tomar su lugar, enmarcándose en una gran moldura de
especial enmiendo.
Regreso a los peces y a mis pensamientos que me traen este
inspirador tiempo mojado.
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