del taller y mi trabajo


A diferencia de lo que comúnmente se cree de que la creación de una obra de arte se produce por un talento nato, misterioso, mágico y divino sembrado por el dedo de alguien en el cielo  a un artista y que este en un arrebato incontenible crea una gran pieza en estado orgásmico en un dos por tres, debo decir que en realidad no es tan sencillo. La producción de arte, en cualquiera de sus formas y expresiones es una profesión muy compleja, que requiere disciplina, entrenamiento, conocimiento,  y mucha paciencia y tolerancia a la frustración.

Puedo decir en lo personal que así lo he vivido desde que decidí dedicarme a esto y en estos años conforme he ido involucrándome y comprometiéndome hasta no entenderme si este trabajo, que veo tanto en mi, como en otros y en la gran mayoría de grandes obras reconocidas hoy en la historia son resultado de un trabajo intenso de maduración de ideas, investigación, experimentación, habilidad y conocimiento técnico. Uno se mantiene luchando casi todo el tiempo contra su propia ignorancia, inexperiencia, capacidad y habilidad para hacer las cosas, temores e inseguridades y normalmente se  tiene más errores que aciertos día tras día, durante mucho tiempo se ve todo feo y sale mal, y no se camina, uno siente que esta malgastando su vida en esto hasta que por fin  encuentra una idea que da sentido a todo el proceso, y una vez que vez esa luz te das cuenta de cómo es el enfoque correcto,  y parece que se ve todo de manera mas clara y objetiva, lo cual es enormemente satisfactorio, aunque no perenne pues el proceso se repite una y otra vez mientras se decida aceptar nuevos retos.

Así que cada mañana comienzo mi día laboral con un programa mental de tareas por hacer de acuerdo al momento del proceso constructivo en el que me encuentre...  mi relación en el tiempo en el que estoy  frente a la pieza que estoy trabajando, o incluso en el resto del tiempo que pienso en ella, es siempre o en su mayoría una constante lucha, estoy luchando desde la cuestión técnica en sostenerla, en que quede como la tengo contemplada, en sus proporciones, en su expresión, en armarla sin que se deforme, en el color que debe llevar, en donde acentuarla, en el gesto, en respetar el discurso, en como hacer que el espectador la vea y entienda... y en este proceso no sé como todavía lograr eso que siento yo al escuchar la música o veo obra  tan natural y fluida. Al finalizar me siento satisfecha, aunque siempre me intriga saber como se ve desde fuera, como lo verá el público.

Comentarios

Entradas populares