desquiciada

Ojos de ira enmarcan tu rostro, desesperación.
Quieres controlarlo todo, y no puedes
pues capacidad no tienes
solo sufres
tu ulcera en el alma
las llagas de tu espíritu
y vas penando cada día, cada noche
cada minuto en tu soledad
como sal sobre la herida.
Mientras tanto hacia el negro y nublado exterior vomitas
tosquedad y descaro
enteramente desquiciada.

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