paraíso

Abrazaditos por el mar, amortiguados por la arena.
Con las piernas cubiertas de lunares, bronceados y acaparados por el húmedo y agobiante calor pasamos una tarde, y otra tarde y otra mas, mientras el tiempo sigue su cotidiano andar.
Caritas resplandecientes, risas y miradas  alientan mi espíritu, y en cada paso mientras los obervo suspiro en paz al empaparme de dicha en este mi nuevo paraíso.

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