del lugar Aztlan

Ya tejiendo un manton entre gaviotas y ventanales blancos, montada en una silla de playa rayada, que de barco me servía me puse un día a pensar sobre el lugar Aztlán donde podíamos construir el Nuevo Mundo. Sabíamos que nuestra patria no sería, tampoco era ese lugar repleto de humedad, que tal Portugal?...  Pero el barco quedo batido por el mar en apenas una ligera tormenta y al semidesierto nos arrastro, al igual que bañó en maremoto las tierras conocidas. Algunos años pasaron para  poder regresar al azul profundo del gran océano. Hoy estamos aquí, ya no se si seguimos varados. Extendemos el mapa, consultamos la brújula, pero extrañamente los puertos están infestados y hay alarmas desde aquí hasta en las islas mas remotas. La incertidumbre ha zampado al mundo, a la gran esfera azul, y nosotros con una pequeña balsa, vemos el lugar mágico, mas lleno de pinceladas que perfume, quedamos pasmados frente el agitado revolotear desenfrenado de nuestras mariposas en el vientre.