Cerámica segundo ciclo. Presente, Ausente.

     He estado muy interesada en la temática de los trajes desde hace ya algún tiempo. Inicie observando desde mi ventana cuando vivíamos en un departamento en el tercer piso de un edificio justo en la plaza principal de Betanzos. Me sentaba en la ventana a todas horas tan solo a contemplar gente, realmente lo disfrutaba, sentía una enorme atracción por la estética de los personajes del pueblo en su cotidianidad, simples como un grupo de ancianos en la plaza, las mujeres con sus nietos, un matrimonio, las madres con sus pequeños. Estos paisajes cotidianos y rutinarios de un pueblo gallego que igual que su rutina eran sus colores. Todos vestían de colores suaves y neutros, negros, café, gris, beige.

Así empezó, en gráfica. Con el tiempo me fui dando cuenta que mi interés se centraba justo en los trajes, en sus ropas y objetos, notando la trascendencia en su discurso personal por lo que termine eliminando los rostros y los cuerpos. Trabaje en madera hasta donde pude. La vida me regresó a mi país y me llevo a la cerámica por casualidad, así que traspasar el concepto de los trajes a la nueva técnica y a la tri dimensionalidad no fue fácil, me llevo muchos meses adaptarla, y al año y medio después de haber iniciado el trabajo con escultura en cerámica finalmente me sentí satisfecha. El traje dejo de ser el objeto para convertirse en el personaje.

Busco ahora enriquecer no solo el discurso sino la expresión. No mirar tan solo a la escultura como "la pieza" sino a un grupo de personajes que hablen de una situación, creando una escenografía donde se desenvuelvan los personajes unos con otros, como actores en un escenario, ofreciéndole al espectador un acto completo que los provoque.