... de conversaciones femeninas...

No soy una militante feminista, aunque valoro los esfuerzos y logros trascendentales con la pasión por seguir en la lucha por conseguir un mejor trato, seguridad, derechos, beneficios, inclusión, igualdad, justicia, etc. Admiro a quien con toda su fuerza no desiste.  He hablado mucho de lo femenino, y estoy siempre muy atenta al comportamiento, sensibilidad, características, y demás temas particulares de nuestro género, primordialmente para entenderme a mí misma y en mi deconstrucción viéndome como un ejemplo de lo femenino, reconocer nuestros vicios de comportamiento y entonces permitirnos pensar nuevos esquemas. Cada vez estoy mas convencida que el camino hacia nuestros desarrollos personales y proyectos de vida no tienen que convertirse en una lucha en contra del hombre, de otras mujeres, o de otros grupos minoritarios. Lo que es urgente es cambiar el papel de la mujer y al mismo tiempo del hombre para conseguir una sociedad en donde ningún sexo se sienta oprimido, limitado en sus libertades, menospreciado, en donde ambos sexos sean libres con individuos plenos y desarrollados. Los hombres son una construcción social al igual que nosotras. Ellos también actúan en un teatro enmarcados por una programación de lo que deben ser y como deben actuar en sus relaciones personales, profesionales, y con lo natural. Estos esquemas de orden social chocan con nuestra naturaleza humana, y mientras no decidamos tumbar muros y pilares que nos sostienen para cimentar nuevos, empezando cada uno en lo individual, poco desarrolladas seguirán siendo nuestras sociedades contemporáneas integradas por personajes monocromos. No es fácil enfrentarse a uno mismo, cuestionarse vicios y decidir trabajarse.  Cada día es una oportunidad y mas vale nos acompañemos, solidaricemos y complementemos entre hombres y mujeres reconociendo cada uno lo mejor de sí.