De un estudio de cuerdas...
No ha muerto el vigor de tus
aguas, la incandescente luz de tus deseos, los pensamientos que hormiguean tus
entrañas, los labios que húmedos esperan, las ansias de mirar a la ventana.
No ha muerto la curiosidad de la
pupila, ni la inquietud de tus olores, no han muerto los pétalos que caen del
cielo por las noches abrazados con el dulce invierno. No, no han muerto, ni morirán
mientras vivos estemos, no muere la búsqueda de la luna en el cielo, ni la
música que nos abraza el pecho, pese a nuestras múltiples defensas autoimpuestas
donde enviamos sentimientos al archivero para sentirnos protegidos de nosotros mismos,
de nuestros temores, capaces no somos siquiera de aniquilarlos, aunque
engañemos a nuestra razón, ni mil batallas en nuestro corazón, ni cuerdas, ni
lazos, ni grilletes que portemos para volverlas a amarrar, es inútil… no mueren.
No ha muerto el amor, ni el goce
ni la dicha, ni la calma, ni las mariposas amarillas, ni el viento perfumado y
tu mano busca pues en la oscuridad, joven, viejo, hombre, mujer, pues de eso se
alimenta el espíritu, siendo no más que humanos, lo demás es solo tradición y
ruido.
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Saludos!