Revoltura.


Empezaba a escribir la noche del sábado algo así como: “No soy feminista, cada vez creo menos en estas etiquetas y clasificaciones, hoy en día ambiguos. Sí el comportamiento femenino siempre ha sido de mi interés, en nuestros vicios, y dobladuras, en esquemas y roles aprendidos históricamente…”  Me preguntaba en días pasados ¿Cuál es nuestra visión como mujeres contemporáneas? ¿Dónde estamos paradas hoy en día?

Estos días últimos mi pregunta ha ido  girando en otro sentido, cada vez más salgo de nuestras particularidades de género, condición social, color de piel, preferencia sexual, tipo de vida para cuestionarnos ¿quiénes somos hoy y como nos relacionamos?.  ¿Qué es lo que nos afecta y como reaccionamos a ello?. Seguimos atrapados en las mismas pasiones básicas que hace más de mil años, mujeres y hombres con derechos y libertades conseguidos en lucha con el tiempo por valientes con firmes convicciones,  con el derecho y  la libertad en mano aún seguimos viviendo en esquemas anteriores, con visiones reducidas y limitadas, tapiados de prejuicios medievales, amarrados con lazos de represiones, vanidades y voluntarismos tontos, anclados y conformes con ello.

He pregonado a diestra y siniestra vivirnos en nuevos esquemas, me he cuestionado los esquemas de relación interpersonal conservadores y cerrados argumentando que hoy en día como muchas religiones no encajan en la vida y el ser humano moderno y planteando nuevas posibilidades, pocas, pues la cabeza no me da para tanto. He indagado al respecto del comportamiento humano, es lo que pinto… He invitado a mucha gente a crear nuevos esquemas a construir relaciones, a ser empáticos y delicados unos con otros, con poca y mediana respuesta, y aun me he equivocado yo misma en el camino, sigo aquí.  Y me he lanzado al mar para no dejarlo como un tópico teórico sino tener mis propias anotaciones con mis cortas capacidades y visión pero con mucha curiosidad y convicción, aunque a veces con mucho miedo como todos, y descubro que cada día abono mas experiencia de lo que implica nadar en el mar.



Y esta noche, con humor negro, veo el cielo nublado tras un desfile de desenfrenada insensatez que va en todas direcciones con dolo que me deja con nauseas. Tal vez no sea el mejor momento para cuestionarse este tipo de aguas, tal vez es mejor dejarlo por hoy e irme a dormir. 

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